4 generaciones de maestros buñoleros

FALLAS Y BUÑUELOS

La fiesta de las fallas está totalmente arraigada a la ciudad de Valencia, en el que con sátira, burla, el pronto generoso, y el heroísmo se exterioriza las generalidades del pueblo valencia.

Para hablar de donde provienen las fallas hay que remontarse a finales del siglo XV, cuando el gremio de carpinteros, destacado en la ciudad de Valencia, la noche del 18 de Marzo, quemaban en grandes hogueras, las virutas y maderas inservibles para limpiar de esta manera sus talleres.

Las quemas de aquellas fallas producían un ambiente de fiesta en la ciudad, y la chiquillería de barrio, buscaba muebles viejos para quemar y hacer de esta manera una mayor hoguera en su zona.

Se desconoce la fecha exacta en que surgieron las fallas como se conoce hoy en día, pero en 1792 el “Diario de Valencia” el 18 de Marzo de este mismo año se habla de una fiesta ya tradicional, en que las gentes quemaban “piras y figurones” con socarrones “ninots”, plantados en calles y plazas.

La historia del buñuelo fallero, aparece junto a la fiesta de las fallas. Las personas que iban haber las quemas de estos monumentos, se encontraban con la figura de la buñolera, mujeres muy repeinadas con blancos delantales y aseadas, que sitúan sus tenderetes juntos a los monumentos falleros. Estos productos gastronómicos se solían tomar mojados en aguardientes, que tenía amplio consumo en esta ciudad, (lo del chocolate vendría a posteriori).

El buñuelo tal y como se elabora en Valencia, es un producto con una elaboración de origen puramente valenciana y que nada tiene que ver con el churrero del interior de la Península. Las buñoleras hacían únicamente buñuelos, propio de la fiesta, no elaboraban el churro madrileño ni la porra manchega, entre otras cosas por que no tenían mecanismos para hacer estos, y estaban muy orgullosas de tener un producto gastronómico de elaboración propia.

Conforme va cogiendo auge la fiesta de las fallas los churreros del interior de España vienen a la ciudad de Valencia a hacer negocios, teniendo que verse obligados por la demanda de buñuelos y no de churros a la realización de estos, consiguiendo en muy pocos casos conseguir imitar el buen hacer de los buñoleros valencianos.

En la Comunidad Valencia se ha producido a través de los años, variedad en los diversos tipo de buñuelos. Así en los pueblos dormitorios de Valencia se realizan buñuelos de calabaza, en la parte de Castellón (Alto Palanca) se elabora el buñuelo de manzana, y en la huerta valencia es un manjar exquisito el buñuelo de higo. ,segunda generación haciendo buñuelosprimera generación de buñolerostercera generación aciendo buñuelosmariano catalán blasco, cuarta generación de buñolerosplato con buñuelos

 

A finales del siglo XIX y principios del XX, Vicente Blasco García elabora churros y buñuelos en las ferias de Ayora, Almansa, Requena y municipios cercanos. Su hijo, Vicente Blasco Hernández  y su mujer Dolores Catalán  Honrubia  aprendieron  el oficio de su padre y el de cocinero. Se dedicaron a la elaboración de buñuelos en las fiestas falleras. Para ello contaban con un local, que en principio también era  casa de comidas situado  junto a un lavadero que había en la calle Centelles, hacia el mercado de Ruzafa (Calle Maestro Aguilar)  .Realizaron esta actividad a partir de 1925 y hasta la Guerra Civil.

A partir de 1941, la actividad de elaboración de buñuelos pasan a realizarla en una Kiosco, frente a San Valero 12 y ya en el año 1947, adquieren  un local en la calle Ruzafa 61 esquina San Valero 12.  En un principio se dedicaban también a tienda de frutos Secos y la actividad de  buñuelos era más para la temporada fallera . Continuaron así de manera ininterrumpida hasta 1993. También compaginaban lo anterior con realizan ferias vendiendo panojas, castañas y buñuelos por la provincia de Valencia.

El negocio  familiar funciona con el esfuerzo de sus hijos y los cónyuges de estos, sobre todo de su sobrino Mariano Catalán Quilez y su esposa  María Blasco Catalán.

En 1975 fallece Dolores Catalán, pero antes había ensañado el oficio a su nieto Mariano Catalán  Blasco , que a los 10 años ya amasaba buñuelos.

En 1994 es derrumbado el antiguo establecimiento. Fallece de manera inesperada Mariano Catalán Quilez  justo antes de la inauguración del nuevo local en 1995. Y es su hijo Mariano Catalàn Blasco quien abre el nuevo local.

Desde 1995 y  hasta la actualidad , es solo buñolería, durante todo el año. Es regentado por Mariano Catalán Blasco, junto a su madre María Blasco Catalán.

En su haber consta una dilatada experiencia con más de 200 ferias y haber realizado buñuelos hasta el Central  Park de Nueva York y por toda la comunidad valenciana.